EL IRRESISTIBLE ASCENSO DEL ESPAÑOL EN GRECIA
Pedro Bádenas Director del Instituto Cervantes - Atenas
El fenómeno del espectacular crecimiento de la demanda de aprendizaje de la lengua española en Grecia llama poderosamente la atención de cualquier observador sobre las transformaciones sociolingüísticas que se están produciendo en espacio de la Unión Europea durante los últimos años. En principio esto puede parecer lógico por los procesos multisectoriales de integración, resultado de la dinámica interna la Unión, acelerados además por la reciente ampliación y las expectativas que suscita ya la próxima incorporación a fecha fija de nuevos países. Sin embargo, en el caso concreto del español concurren otros factores específicos, como es el de su dimensión extraeuropea puesto que la inmensa mayoría de sus hablantes natos se encuentra distribuida a lo largo de todo el continente americano y eso implica que presente una variada paleta multicultural y sociológica. Esta riquísima diversidad está recorrida y articulada por un mismo vehículo de comunicación y pensamiento : la lengua española que, junto a sus múltiples variaciones y modalidades, mantiene una asombrosa cohesión interna; de hecho se utiliza ya el concepto de "panhispánico" para referirse a la coexistencia e intercambiabilidad de sus diversas modalidades regionales que permiten la comunicación sin problemas entre todos los hispanohablantes porque las estructuras esenciales del idioma no se ven alteradas...
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En el caso de Grecia, el español nunca había tenido presencia, a diferencia de otras grandes lenguas, entre otras razones por la casi total ausencia de España en la vida social, económica o cultural de la Grecia contemporánea. Hubo, a principios de los años '30, en todo caso, un conocimiento filtrado por la literatura de viajes (Casandsakis, Prevelakis, por ejemplo) unido al eco de una obra universal como el Quijote o de fenómenos muy puntuales y, en definitiva, raros (como, por ejemplo, algunas traducciones de muestras de poesía española de vanguardia, García Lorca entre ellos). Salvo eso, prácticamente nada. En cuanto a la enseñanza de la lengua, igual. Antes de que España iniciara una acción cultural y de difusión de la lengua, a principio de los '80, sólo existían aislados y beneméritos esfuerzos emprendidos por griegos conocedores de nuestra lengua, como el realizado por la Sra. Sylva Pandu; esas iniciativas fueron las que realmente plantaron la semilla del español en Grecia. No será hasta la creación del Instituo Cervantes (1991) cuando España acomete una tarea sistemática y coordinada de la difusión de la lengua y cultura hispánicas. En Atenas el I. Cervantes funcionó desde ese primer momento recogiendo la antorcha de su predecesor el Instituto Cultural de la calle Scufá. En estos últimos 15 años la situación ha cambiado radicalmente y, desde la creación del DELE (Diploma de Español/lengua extranjera) sobre el modelo de los Diplomas oficiales de las otras lenguas (francés, inglés, alemán, italiano) y en estrecha coordinación con organismos europeos reguladores y homologadores para la acreditación de competencia (eparkeia) el salto cualitativo de la demanda del español está siendo –repito– espectacular. En Grecia, aunque el I. Cervantes sólo opera en su sede de Atenas, donde se producen más de 2.200 inscripciones en los cursos de enseñanza directa, pero la mayor demanda afecta al DELE, para cuyos diferentes niveles el número de inscripciones ha alcanzado casi las 6.200 en todo el país. Esto, unido a los casi 500 centros privados que en toda Grecia contemplan la enseñanza del español, puede dar una idea del índice de aceptación e interés por nuestra lengua. Es fundamental tener en cuenta que este boom tiene lugar sin existir una tradición e implantación en la estructura educativa del país. Hasta hace muy pocos años no existía el español en la Universidad griega, ahora sólo se forman licenciados en Filología española en la Universidad Capodistríaca de Atenas y en la Universidad Aristotélica de Salónica, además de las enseñanzas contempladas en la Universidad Abierta. La recentísima decisión ministerial de iniciar un plan piloto para enseñanza del español como segunda lengua extranjera en el Gimnasio (aplicación prevista para septiembre de 2006) es un noticia muy importante porque, primero, indica que la fuerza de la demanda social encuentra eco en la estructura educativa del país y, segundo, que el fortalecimiento y, casi seguramente, el crecimiento de los departamentos universitarios de español está llamado a tener un gran futuro. Las próximas pruebas para la obtención del DELE en su doble convocatoria anual (mayo y noviembre) marcarán si el proceso sigue en aumento. A estos factores habría que añadir el efecto de la política cultural desarrollada por el Instituto Cervantes, muy dinámica y multisectorial y su incidencia en el auge de la demanda, pero ese análisis queda para otra ocasión.
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