Curioseando por la Red hemos encontrado la revista "El tintero" de la ADES (Asociación para la difusión del español) y en el número de octubre de 2004 un artículo sobre la enseñanza del español en Grecia que recoge la opinión de dos miembros de ASPE, Eleni Leontaridi (y no Leotardi :)) e Iván Velázquez:
En los últimos años la demanda para estudiar español en Grecia ha crecido espectacularmente situando a nuestro idioma en el segundo puesto en el aprendizaje de lenguas extranjeras por detrás sólo del inglés. El español, que no está incluido en los planes de estudio de la enseñanza pública primaria o secundaria, ha pasado de impartirse casi exclusivamente en el Instituto Cervantes y los cursos de la Universidad a extenderse por todas las academias con gran demanda también de clases particulares. Además, la media de edad entre los alumnos también ha disminuido y, si antes sólo lo aprendían universitarios, ahora también lo hacen, aunque en menor medida, los adolescentes.
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Dado que el griego sólo se habla en Chipre y Grecia existe en este país una larga tradición en el aprendizaje de las lenguas. Además, la situación laboral en Grecia es complicada: el paro afecta a todos los niveles de la sociedad. Según la Doctora Eleni Leotardi, Coordinadora del Departamento de Lengua y Cultura española de la Universidad de Atenas (Didaskalio Xenon Glosson): «La competencia a la hora de buscar trabajo es durísima: si no tienes una licenciatura universitaria y un máster y hablas por lo menos tres idiomas aparte del griego, no llegas a ninguna parte. Además en Grecia sufrimos una especie de “titulitis” con lo cual, para todo tipo de actividad académica uno TIENE que tener un título que avale dicho conocimiento». Así, en toda esa obsesión por “hacer currículum”, una de las opciones es aprender idiomas. El español –por sus similitudes sintácticas y sobre todo fonéticas con el griego, por la proximidad de su cultura y por su utilidad en el mundo laboral– resulta una elección muy atractiva.
Y es que, independientemente de esta locura del griego por los títulos y el currículum, el español ha entrado fortísimo en el campo del aprendizaje de las lenguas en detrimento de otros idiomas.
Hasta hace relativamente poco, ocupaba el tercer o cuarto puesto, por detrás del inglés, el francés y, a veces también del alemán o el italiano. Ahora las cosas están cambiando: mientrasque el inglés sigue siendo el rey, la demanda del francés ha caído en picado, la del alemán se mantiene estable y el interés por el italiano, que hace una década tuvo un ascenso espectacular, ha disminuido un poco.
El número de alumnos que se presentan a los DELES también aumenta rápidamente. En las dos convocatorias del año pasado, los estudiantes llegaron a ser unos 4000. El primer lugar en cuanto a número de candidatos lo tenía tradicionalmente Brasil (con una población de 180 millones de habitantes), el año pasado Grecia (con sólo 11 millones) ocupó ese puesto. La gente se presenta al DELE Inicial tras un año de estudios (más o menos), mientras que para el Básico (Intermedio) se necesitan unos dos años y para el Superior unos cuatro en total.
Hasta hace relativamente pocos años, no había Estudios de Filología Hispánica en las universidades griegas. Ahora mismo se ofrecen estudios superiores de español en el Departamento de Filología Italiana y Española de la Universidad de Atenas (la primera promoción de estudiantes se licenció el año pasado) y en el Departamento de Lengua y Cultura Española de la Universidad Helénica Abierta, la UNED griega, cuya primera promoción se licenciará este año. Además, según la Doctora Leotardi: «Aunque el español no se incluye en la Primaria y Secundaria tarde o temprano, dado el auge del mismo, tendrá que implantarse como se hizo en Chipre o Israel. De ahí el interés de los jóvenes por aprenderlo y continuar con estudios superiores de español».
Los cursos de español en el Centro de Idiomas de la Universidad de Atenas –el primero de Europa con una oferta de treinta y dos lenguas extranjeras– son los que más gente atraen, junto con los del Proficiency del inglés. Los últimos tres años superaron los 700 alumnos de español por curso, repartidos entre los cuatro niveles, de un total de 4000 estudiantes.
Por todo esto, el profesor de español nativo no encuentra demasiados problemas a la hora de encontrar trabajo en Atenas. Los obstáculos son más bien de tipo práctico, como encontrar una vivienda y las lógicas barreras lingüísticas que pueden superarse en poco tiempo. Según Iván Velázquez profesor en el Instituto Cervantes y el Centro de Idiomas de la Universidad, se busca generalmente un aprendizaje cómodo y rápido, por lo que, en ocasiones, si no conoces bien la lengua griega, los dueños de las academias pueden mostrarse un poco reacios a tenerte como profesor. Lo primero que debe hacer una persona que desea comenzar a trabajar en la capital griega como docente de español es pasarse por el Instituto Cervantes.
Existe una asociación, ASPE, que ayuda a los docentes de español y facilita a todas las academias una lista con el nombre de los profesores registrados. Los filólogos, especialmente aquellos que han cursado másters en la didáctica del español, no lo tienen difícil para encontrar trabajo en el Instituto Cervantes o los cursos de la Universidad.
El profesor de español en Grecia se enfrenta a un alumnado motivado y parece
encontrar su labor gratificante. De acuerdo con Velázquez: «Los griegos son alumnos aplicados y no encuentran demasiadas dificultades a la hora de aprender español, sobre todo porque ya han aprendido antes una o dos lenguas mínimo.» La pronunciación es, debido a las similitudes fonéticas, la mejor baza del alumno a la hora de hablar español. La gramática a veces se ve contaminada de las estructuras griegas, pero también hay muchas construcciones parecidas que hacen más fácil la adquisición de la lengua.
Aunque el fenómeno griego es especialmente significativo no deja de ser un reflejo aumentado de lo que está pasando en muchos otros países. La expansión de nuestra lengua y la demanda de profesores es una realidad en todo el mundo. El español está de moda y lo único que cabe esperar es que esto no sea un fenómeno efímero y sí la consecuencia real de la expansión de nuestra influencia y la riqueza de nuestra cultura.
Beatriz Marín García
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